Miles de Huilenses creyeron ser herederos de una fortuna avaluada en mas de $250.000 millones de dolares. Que según decían estaba en un banco central de Nueva York hace mas de cien años. "Si usted es del Huila y específicamente de Tarqui quizás sea heredero de esa fortuna". esa historia se regó como pólvora por el Huila en el 2005.
Todo empezó con el Historiador Emiro Marroquin un docente pensionado de Garzon, Huila quien llevaba 27 años estudiando su árbol genealógico y encontró que uno de sus antepasados era Pedro Silva un hombre que nació en 1829 en Tarqui Huila, era un terrateniente en Tarqui y Garzon.
Emiro Marroquin descubre en la Historia de Pedro Silva que un día decidió viajar a Panama en plan de negocios, (en esta época Panama todavía era parte de Colombia), la vida le cambio a Don Pedro Silva al conocer en Panama a una hermosa francesa de la cual se enamoro perdidamente, decidió casarse con ella y radicarse en Panama, vendió todas sus propiedades del Huila y compro en Panama la Hacienda Caño Quebrado de 8.000 Hectares.
La Felicidad de Don Pedro Silva acabo tres meses después de su matrimonio. la bella francesa murió de fiebre amarilla y Don Pedro murió años después sin dejar herederos.
En inicios del Siglo XX cuando el canal de Panama lo empezaron a construir,la hacienda de Don Pedro Silva estaba ubicada donde iría la vía interoceanica. Don Pedro Silva en esos días ya había fallecido.
La Hipotesis del Historiador Emiro Marroquin es que cuando construyeron el canal de Panama, el gobierno de los Estados Unidos indemnizaron los dueños de la hacienda, consignando una gruesa suma de dinero para que lo reclamaran descendientes de Don Pedro, quien ya había fallecido sin dejar hijos que heredaran su fortuna, además que ese dinero a generado intereses durante todas estas décadas.
Según Emiro Marroquin, Pedro Silva por no tener hijos, la fortuna le correspondería a sus padres, al no estar, el derecho se traslada a sus ocho hermanos, quienes también están muertos. Los siguientes beneficiarios son los herederos de estos últimos, hijos, nietos, bisnietos y demás.
Emiro Marroquin bien convencido de su teoría contrato a una firma de abogados Donald R. Dinan en Washington, que inicio una demanda por
$ 250.000 Millones de dolares.
Alguno de los miles de Huilenses que creyeron ser herederos de esa herencia, ya comentaban de las inversiones que iban a realizar, otros caminaban y hablaban diferente al sentir que ahora eran millonarios.
En total salieron 4.000 supuestos herederos que se basaban en un árbol genealógico que habían creado de Don Pedro Silva. Las personas que se animaron a investigar si eran herederos, se basaron en el cuento de que si tenían un apellido Silva, Cabrera, Lozada, Iriarte, España, Rojas tenian derecho a reclamar la herencia. A Tarqui llegaron miles de personas a buscar su árbol genealógico en la parroquia y notaría del Pueblo. Alguien vio negocio en la situación y decidió hacer un disco con el árbol genealógico completo, lo vendían en $80.000 hubo personas que llegaron a pagar hasta $500.000 por el CD con el árbol genealógico.
Si las 4000 personas lo compraron se puede hacer un calculo de que las ventas del CD con el árbol genealógico se recaudo $320.000.000(trescientos veinte millones de pesos). Haciendo cuentas que lo hayan vendido a $80.000.
Pero la dicha duro poco a los supuestos herederos, al enterarse por medio del propio Alcalde de la capital de Panama, Juan Carlos Navarro quien dijo a el periódico El Tiempo en el año 2006 :
los reclamos de ciudadanos colombianos parecen sacados de la imaginación de personas inescrupulosas y no duda de que detrás de todo esto haya un engaño.
Y la Oficina de Asesoría Legal de la Autoridad del Canal (ACP) corroboró que no hay la más mínima probabilidad de exigir derechos sobre las tierras y sostuvo que hace unos tres años ciudadanos panameños hicieron reclamos similares y fracasaron.
Incluso, explican que Caño Quebrado fue objeto de un proceso de sucesión legal, que fue reclamado por León Silva, sobrino del dueño, y hoy está a nombre de Álvaro Silva Londoño, el heredero legítimo.
Por lo tanto, no hay chance de reclamar, como lo pretendían 4.000 colombianos que, con ese pretexto intentaron frenar la expansión del Canal.
Maricarmen Sarsanedas voz oficial de la Autoridad, CAP dijo al mismo medio:
"No hay fundamentos para ningún tipo de reclamación sobre tierras. De existir, debería estar formalizada en los tribunales de la República de Panamá, que sería la única autoridad con capacidad jurídica de decidir sobre este asunto. Sin embargo, allí no aparece reclamación de ningún colombiano".
Indemnización se pagó hace un siglo
Desde 1903, cuando la zona del Canal pasó a manos de los norteamericanos y cuando por lo menos 11 pueblos fueron inundados, hubo miles de reclamaciones por pérdida de predios.
Según el reporte anual del Canal de Panamá, los últimos pagos indemnizatorios registrados en ese libro se hicieron el 30 de junio de 1915. Hasta entonces, el Gobierno de Estados Unidos había resuelto 3.595 reclamos.
En total, los norteamericanos desembolsaron 507.825 dólares.
Pero los pagos fueron frenados luego de un pronunciamiento de la Corte Constitucional de Panamá, de 1959, en el que aclaró que todos los predios involucrados en la construcción del canal interoceánico eran propiedad de la Nación panameña.
Desde diciembre de 1999, cuando el control del Canal lo asumió Panamá, no se ha pagado un solo peso de indemnización a nadie. Incluso, se modificó la Constitución para proteger la construcción que ha sido declarada patrimonio nacional.
Según el reporte anual del Canal de Panamá, los últimos pagos indemnizatorios registrados en ese libro se hicieron el 30 de junio de 1915. Hasta entonces, el Gobierno de Estados Unidos había resuelto 3.595 reclamos.
En total, los norteamericanos desembolsaron 507.825 dólares.
Pero los pagos fueron frenados luego de un pronunciamiento de la Corte Constitucional de Panamá, de 1959, en el que aclaró que todos los predios involucrados en la construcción del canal interoceánico eran propiedad de la Nación panameña.
Desde diciembre de 1999, cuando el control del Canal lo asumió Panamá, no se ha pagado un solo peso de indemnización a nadie. Incluso, se modificó la Constitución para proteger la construcción que ha sido declarada patrimonio nacional.
- Si Caño Quebrado la hacienda de 8.000 hectáreas de Don Pedro Silva tuvo un proceso de sucesión legal, fue reclamado por León Silva, Sobrino de Pedro Silva y hoy esta a nombre de Alvaro Silva Londoño el heredero legitimo.
- En en ningún Banco de los Estados Unidos, hay un solo dolar para reclamar por la herencia de estas tierras.
-En Panama no existe ninguno tribunal que este tramitando un proceso que tenga que ver con indemnizaciones de los dueños de tierras donde se construyo el canal.
- En 1999 se modifico la constitución de Panama para declarar esas tierras como patrimonio Nacional y poder realizar la expansión del canal.
Podemos deducir que todo fue un Farsa. Al parecer la única fortuna que apareció de esta historia fue la que hicieron los vendedores de las copias de CD con el árbol genealógico y el dinero que recaudo la iglesia de Tarqui expidiendo miles de copias de bautismo.
Una farsa tan grande como la que Jaime Torres hizo a miles de Huilenses hace mas de 50 años haciéndose pasar por el embajador de la india. En la viña del señor todo se ve, y esta historia Macondiana es un ejemplo de ello.
Si al embajador de la India le hicieron película a nuestros paisanos cuasimillonarios ya le tienen Novela.
El escritor Boyacense Fernando Ayala Poveda cuando escucho en los medios de comunicación esta historia de los supuestos herederos, se dedico a escribir la Novela: "NO TENGO UN PESO Y ME LLAMO SILVA", La Novela fue galardonada con el premio Nacional de novela ciudad de Pereira 2009.
En entrevista a el periódico EL TIEMPO el escritor cuenta que lo inspiro para escribirla:
Yo recojo esta historia en torno a los Silva de Colombia y escribo la historia de una mujer rota, que traiciona al amor de su vida por irse con un impostor, que la maltrata. Veinte años después, una amiga le dice: ¿No será que su Silva (el amor abandonado) es el heredero del dinero del Canal de Panamá?, explica el escritor, autor también de Los colores de la fama, que contaba la vida de jóvenes que encontraban en el fútbol una alternativa para sobresalir y que luego fue llevado a la televisión.
El Silva protagonista de la novela es un humilde músico que toca piano con la mano izquierda en hoteles de Cartagena hasta que un día su vida cambia, cuando se riega la voz de ser el presunto dueño de la millonaria herencia del Canal.
Entonces empieza a recibir cositas de gente muy importante: le suben el sueldo, le mandan frutas, le ayudan a comprar un carrito, le ayudan con un apartamentico al lado de la casa de Gabriel García Márquez. Cositas pequeñas.
Si el maestro Jorge Villamil viviera, de seguro esta historia estaría inmortalizada en una de sus canciones y quien sabe en un futuro no muy lejano sea un guión para una película como fue el Embajador de la India.
-En Panama no existe ninguno tribunal que este tramitando un proceso que tenga que ver con indemnizaciones de los dueños de tierras donde se construyo el canal.
- En 1999 se modifico la constitución de Panama para declarar esas tierras como patrimonio Nacional y poder realizar la expansión del canal.
Podemos deducir que todo fue un Farsa. Al parecer la única fortuna que apareció de esta historia fue la que hicieron los vendedores de las copias de CD con el árbol genealógico y el dinero que recaudo la iglesia de Tarqui expidiendo miles de copias de bautismo.
Una farsa tan grande como la que Jaime Torres hizo a miles de Huilenses hace mas de 50 años haciéndose pasar por el embajador de la india. En la viña del señor todo se ve, y esta historia Macondiana es un ejemplo de ello.
Si al embajador de la India le hicieron película a nuestros paisanos cuasimillonarios ya le tienen Novela.
El escritor Boyacense Fernando Ayala Poveda cuando escucho en los medios de comunicación esta historia de los supuestos herederos, se dedico a escribir la Novela: "NO TENGO UN PESO Y ME LLAMO SILVA", La Novela fue galardonada con el premio Nacional de novela ciudad de Pereira 2009.
Portada del libro "NO TENGO UN PESO Y ME LLAMO SILVA" |
Yo recojo esta historia en torno a los Silva de Colombia y escribo la historia de una mujer rota, que traiciona al amor de su vida por irse con un impostor, que la maltrata. Veinte años después, una amiga le dice: ¿No será que su Silva (el amor abandonado) es el heredero del dinero del Canal de Panamá?, explica el escritor, autor también de Los colores de la fama, que contaba la vida de jóvenes que encontraban en el fútbol una alternativa para sobresalir y que luego fue llevado a la televisión.
El Silva protagonista de la novela es un humilde músico que toca piano con la mano izquierda en hoteles de Cartagena hasta que un día su vida cambia, cuando se riega la voz de ser el presunto dueño de la millonaria herencia del Canal.
Entonces empieza a recibir cositas de gente muy importante: le suben el sueldo, le mandan frutas, le ayudan a comprar un carrito, le ayudan con un apartamentico al lado de la casa de Gabriel García Márquez. Cositas pequeñas.
Si el maestro Jorge Villamil viviera, de seguro esta historia estaría inmortalizada en una de sus canciones y quien sabe en un futuro no muy lejano sea un guión para una película como fue el Embajador de la India.
ENLACE DOCUMENTAL : LA HERENCIA SILVA
Información tomada del periódico EL TIEMPO Y REVISTA SEMANA
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